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Tratamiento de aguas
¿Qué es el tratamiento de aguas?
El tratamiento de aguas residuales se puede definir como el conjunto de procesos físicos, químicos y biológicos que forman parte de la depuración de aguas residuales y cuyo objetivo es la eliminación parcial o total de los contaminantes presentes en las aguas resultantes de procesos industriales, de abastecimiento, residuales o naturales obteniendo efluentes con las características adecuadas en función de su destino final.
Las aguas residuales pueden provenir de diversas fuentes o actividades y por razones de salud pública no pueden desecharse en lagos, mares o corrientes convencionales sin previo tratamiento. El tratamiento de las aguas residuales es un proceso complejo y exigente que abarca desde la evaluación de las necesidades de la depuración hasta el procesado de los desechos obtenidos.
Aguas residuales
El agua es probablemente el recurso natural más importante del mundo, ya que sin ella no podría existir la vida y la industria no funcionaría. A diferencia de muchas otras materias primas, el agua no tiene sustituto en muchas aplicaciones, por lo que debe administrarse cuidadosamente.
Un abastecimiento seguro es indispensable para el establecimiento de comunidades. Sin embargo, los desechos líquidos y sólidos de una comunidad tienen un potencial considerable para contaminar el ambiente.
Con el paso del tiempo, el hombre ha pasado de utilizar las aguas únicamente para consumo, a utilizarlas para su actividad y confort; convirtiendo el agua en un vehículo para la eliminación de los desechos de todo tipo. De este concepto surge lo que denominamos aguas residuales.
Contaminación de las aguas
Una de las consecuencias negativas de la globalización y el aumento poblacional, es el aumento del consumo de recursos hídricos y la diversificación de los agentes contaminantes. La incesante actividad humana incorpora al agua una gran cantidad de sustancias nocivas, que incrementan la necesidad del tratamiento de aguas contaminadas.
Siguiendo la legislación de las aguas, se entiende por contaminación, la acción y el efecto de introducir materias o formas de energía o inducir condiciones en el agua que, de modo directo o indirecto, impliquen una alteración perjudicial de su calidad en relación con los usos posteriores, con la salud humana, o con los ecosistemas acuáticos o terrestres directamente asociados a los acuáticos; causen daños a los bienes; y deterioren o dificulten el disfrute y los usos del medio ambiente.
La contaminación tiene cuatro orígenes básicos dentro del proceso económico:
- Contaminación originada por la obtención de materias primas, incluyendo los daños ambientales causados por la extracción y transporte de materias primas no renovables y materiales reciclados, necesarios para la producción.
- Contaminación debida al proceso, originada en el mismo y por el mismo proceso productivo.
- Contaminación debida al producto; incluye el daño al medio ambiente debido al uso cotidiano del producto.
- Contaminación residual que abarca el vertido final de los productos cuando acaba su vida útil.
Tipos de tratamiento de aguas
En función de sus características composicionales, podemos diferenciar tres grandes grupos de aguas residuales: aguas blancas, aguas grises y aguas negras. Cada uno de ellos requerirá un tratamiento especializado.
En QUILTON, diseñamos y fabricamos una amplia gama de equipos adaptados para ofrecer soluciones eficaces en la depuración de aguas residuales.
Tratamiento de aguas blancas o de lluvia
Son aguas procedentes de drenajes o de escorrentía superficial, caracterizándose por grandes aportaciones intermitentes y escaso contenido de agentes contaminantes.
Las cargas contaminantes se incorporar al agua al atravesar la atmósfera y por el lavado de superficies y terrenos.
Tratamiento de aguas grises
Este concepto engloba todas aquellas aguas procedentes de actividades domésticas como la higiene personal o la limpieza (lavaplatos, lavadoras, etc.). En principio presentan poca carga contaminante y con tratamientos simples pueden reutilizarse fácilmente.
Hoy en día, se debe prestar especial atención a la contaminación emergente que puede aparecer en este tipo de agua y que tiene su origen en el empleo de determinados compuestos de limpieza, medicamentos y otro tipo de sustancias consumidas que pueden contener contaminantes importantes tanto desde un punto de vista cualitativo como cuantitativo.
Tratamiento de aguas negras
Con aquellas procedentes de los vertidos de la actividad humana, doméstica, agrícola, industrial, etc.
Su volumen es menor, su caudal más continuo y su contaminación mucho mayor.
Reutilización de las aguas residuales
En 1800 solo un 1% de la población mundial vivía en ciudades de más de 10.000 habitantes, en 1960 dicha proporción era del 20% y la estimación es que en el año 2030 sea del 70%. Esta concentración de la población mundial en las ciudades provoca un progresivo aumento de la complejidad del diseño de las infraestructuras, en particular de las relacionadas con la gestión del agua de la ciudad, tales como el suministro de agua potable, gestión de las aguas residuales, drenaje de las aguas pluviales etc., siendo cada vez mayores las inversiones requeridas para su construcción o ampliación, así como los recursos que hay que destinar para su explotación y mantenimiento.
La reutilización indirecta de las aguas residuales es un componente intrínseco del ciclo natural del agua ya que, mediante el vertido de estos efluentes a los cursos de agua y su dilución con el caudal circulante, han venido siendo reutilizadas tradicionalmente en puntos aguas abajo para su aprovechamiento urbano, agrícola o industrial.
La reutilización directa o planificada, a diferencia de la indirecta, tiene un origen más reciente y supone el aprovechamiento directo de efluentes depurados, con un mayor o menor grado de tratamiento previo, mediante su transporte hasta el punto de utilización a través de una conducción específica. El proceso de tratamiento necesario para que un agua residual pueda ser reutilizada se denomina generalmente “regeneración” y el resultado de este proceso “aguas regeneradas”.
Las crecientes exigencias sanitarias y ambientales sobre la calidad de las aguas continentales y marítimas, junto con los niveles de tratamiento cada vez más estrictos impuestos a los vertidos de aguas residuales han hecho que el agua residual regenerada se convierta en una fuente alternativa económica y segura desde un punto de vista sanitario y medio ambiental.
Además, en los últimos años han aumentado considerablemente las plantas dedicadas a desalinizar agua de mar, siendo ésta una de las principales vías para la reutilización de aguas.
Beneficios de la reutilización de las aguas residuales
Los beneficios de la reutilización son múltiples, entre los que cabe destacar los siguientes:
- Posibilita un incremento sustancial de los recursos existentes en las zonas en las que los efluentes depurados se vierten al mar.
- Permite una mejor gestión de los recursos al permitir sustituir con aguas regeneradas volúmenes de agua de mayor calidad, que puedan destinarse a usos más exigentes (por ejemplo, el consumo humano). En este aspecto, los procesos de desalinizar agua de mar cobran gran importancia.
- Reduce el aporte de contaminantes a los cursos del agua.
- Evita la necesidad de realizar costosas infraestructuras para transportar recursos adicionales desde zonas alejadas.
- Permite, en el caso de que el destino de la reutilización sea la agricultura, un aprovechamiento de los nutrientes contenidos en el agua residual, lo que reduce la cantidad de abonos a utilizar por los agricultores.
- Garantiza una mayor fiabilidad y regularidad del agua disponible, especialmente en las épocas del año en que los recursos de otras fuentes puedan escasear.
Clasificación de los tipos de aguas en función de su procedencia
En QUILTON, diseñamos y fabricamos equipos adaptados para el tratamiento de aguas pluviales, residuales e industriales.