Aguas pluviales

¿Qué son las aguas pluviales?

Las aguas pluviales, tradicionalmente conocidas como aguas blancas, son aquéllas generadas como consecuencia de diversos efectos meteorológicos. Pueden proceder de la lluvia, la nieve, la niebla o del hielo. Generalmente originan grandes e intermitentes caudales. Y, aunque en su composición encontramos una menor carga contaminante que en las aguas residuales industriales, la evolución de los procesos urbanísticos, la contaminación ambiental y los nuevos hábitos de vida han provocado que estas aguas lleguen a movilizar grandes cantidades de sustancias contaminantes.

Cuando las aguas pluviales entran en contacto con la superficie terrestre, pueden evaporarse o infiltrarse en el terreno. En el momento en el que la tierra supera su capacidad de evaporación e infiltración se crea una corriente de agua conocida como escorrentía, que tiene la capacidad de recorrer el suelo y expandirse libremente, facilitando al ser humano la recolecta de agua.

Aguas de escorrentía

La concentración de la población en las ciudades ha conllevado un aumento importante de la urbanización de suelos y, por tanto, de su impermeabilidad, lo que ha generado un aumento en los volúmenes de escorrentía y un aumento de las velocidades de los flujos naturales; reduciendo los tiempos de concentración, produciendo temperaturas más altas, caudales de base más bajos durante la época de estiaje y niveles de contaminación mayores.

Si la escorrentía producida por las aguas pluviales no se controla o trata, se produce un aporte de contaminación al medio receptor tan importante que no permite alcanzar los objetivos de calidad del agua para usos básicos e impide la recuperación de los ecosistemas.

Además, puede alterar y desequilibrar el funcionamiento del sistema de saneamiento, sobre todo de la estación depuradora de aguas residuales (EDAR).

Análisis de las aguas pluviales

El análisis y clasificación de las aguas pluviales resulta un aspecto tan fundamental como su posterior tratamiento.

El agua de lluvia puede ser más o menos limpia, dependiendo de la superficie por la que haya discurrido y de su ubicación geográfica debido, entre otros, a la contaminación atmosférica que pueda arrastrar. Por ello diferenciamos las aguas pluviales procedentes de las cubiertas de edificios, de las aguas recibidas en los viales entendiendo por tales las calles, carreteras, autopistas, etc.

Los parámetros utilizados para medir la calidad de las aguas pluviales en las áreas urbanas son los siguientes:

  • Turbiedad.
  • Sólidos suspendidos totales.
  • Demanda bioquímica de oxígeno.
  • Metales pesados presentes en el agua.

Contaminación de las aguas pluviales

La concentración de actividades humanas genera deposición de polvo, suciedad, arenas, materia orgánica, nutrientes, metales pesados, tóxicos y contaminación bacteriológica sobre las superficies.

Estos materiales son lavados y arrastrados por la escorrentía superficial y, al final, acaba aumentando la contaminación de las aguas receptoras. La escorrentía superficial es también una clara fuente de aporte de contaminación a los sistemas acuáticos, disolviendo y arrastrando los materiales de todo tipo que se encuentran depositados en la superficie.

Fuentes de contaminación

En general, las fuentes de contaminación de las aguas pluviales pueden ser clasificadas en dos categorías: fuentes puntuales y fuentes difusas. 

  • Fuentes puntuales: la contaminación es aportada al medio a través de un colector o canal en un lugar concreto; son vertidos de fácil localización y normalmente se puede detectar su origen. 
  • Fuentes difusas: o no localizadas, son aquéllas cuya contaminación se origina y se encuentra dispersa en zonas muy extensas, siendo su control muy difícil. 

Focos de contaminación

Los posibles focos de la contaminación de la escorrentía urbana pueden ser los siguientes:

  • Contaminación atmosférica: los contaminantes presentes en la atmósfera son atrapados por las aguas pluviales a su caída y transportados por la escorrentía por las superficies impermeables. 
  • Contaminación de la superficie de las cuencas: residuos provenientes de la actividad humana o animal que se depositan sobre la superficie del terreno. Entre ellos encontramos:
    • Residuos animales: contienen una gran cantidad de patógenos.
    • Basuras: las zonas urbanas se caracterizan por ser fuentes de producción de residuos sólidos. 
    • Residuos del tráfico: entre ellos encontramos el zinc presente en los neumáticos, el plomo emitido por los vehículos o el desgaste de los frenos. 
    • Desgaste de fachadas y corrosión de cubiertas y tejados.

Implicación de las edar en el tratamiento de agua pluviales

El tratamiento y la depuración de masas de agua procedentes de escorrentías urbanas resulta indispensable en las nuevas estrategias de gestión de las aguas pluviales. A su vez dichas estrategias condicionan los flujos que llegan a la EDAR, por lo que deben ser correctamente elegidas teniendo en cuenta que el caudal de entrada en la estación variará notablemente entre la temporada seca y la época de inundaciones.

Los equipos destinados al tratamiento de las aguas pluviales deben estar preparados para grandes caudales de entrada en un corto periodo de tiempo. Por ello, aunque no sean igualmente requeridos durante todo el año, cuando son necesarios exigen una elevada fiabilidad operativa.

Aliviaderos para la gesión de la escorrentía urbana

La red de saneamiento se ha diseñado tradicionalmente para transportar hacia un determinado punto (generalmente una EDAR) el caudal de agua residual y el caudal de lluvia. Cuando la lluvia genera un caudal de agua que la red no puede transportar, se hace necesario verterlo al medio receptor mediante aliviaderos o almacenarlo temporalmente en depósitos de la propia red. El conjunto de estos aliviaderos y depósitos, situados aguas arriba de la EDAR, determinan las cargas hidráulicas y de contaminación que llegarán a la depuradora, así como el impacto sobre el medio receptor.

Soluciones para el tratamiento de aguas pluviales

Tanto la escasez como el exceso de agua se han convertido en un problema creciente en nuestra sociedad. En QUILTON, contamos con los equipos y la tecnología necesaria para afrontar esta situación y poder utilizar el agua de lluvia como solución ante estos nuevos retos medioambientales derivados del cambio climático. Por ello, ofrecemos equipos y servicios para el tratamiento de las aguas pluviales que aseguren una correcta calidad del agua.